Jardines del Teatre Grec

Si subimos por el paseo de Santa Madrona nos encontramos de frente con una escalinata imperial de grandes dimensiones, hecha de piedra, que asciende por ambos lados de un muro. Aquí se sitúa el acceso principal a los Jardines del Teatre Grec. Ya desde el mismo paseo ya se atisban algunos elementos importantes que conforman estos jardines: la pérgola, el antiguo pabellón y las cercas vegetales tras las que se pueden observar grandes árboles.

Los Jardines del Teatre Grec forman parte del conjunto de jardines que se construyeron en la montaña de Montjuïc con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Su misión principal era la de conectar la gran Plaza del Solstici con la parte baja del paseo de Santa Madrona, que por entonces acogía los palacios de la Exposición Internacional, salvando 44 metros de desnivel.

A partir de 1979 y tras varios años ligeramente descuidados, los jardines recuperaron su esplendor artístico y paisajístico al convertirse en la sede del Festival Grec que se celebra cada año en Barcelona y que acoge todo tipo de espectáculos de teatro y música.

Los jardines reciben su actual nombre por el famoso anfiteatro que acogen en su interior. Una obra del arquitecto Ramón Reventós que, aprovechando la pendiente de una antigua cantera, diseñó este anfiteatro inspirado en el modelo tradicional griego.

Al adentrarse en este lugar, una de las cosas que más llama la atención es la gran pérgola que plagada de plantas trepadoras, se convierte muchas veces en el lugar favorito de los visitantes para hacerse alguna que otra fotografía. Al lado de la pérgola se pueden contemplar las espectaculares vistas de Barcelona que nos ofrece el gran mirador. Y si subimos otro tramo de escaleras, aparece un espacio rectangular, bastante alargado, ajardinado con parterres geométricos repletos de plantas aromáticas y naranjos junto a otra balaustrada que da al Paseo de Santa Madrona. En todo el espacio lo que más destaca es la biodiversidad. Las trepadoras inundan de color los muros, columnas y vallas, y en los parterres conviven con los naranjos el espliego, los agapantos y las clivias. Jazmines y rosales dan color al espacio de la pérgola.