Casa Comalat

  • Arquitectura

Sin tanto renombre como la Casa Batlló o la Pedrera, pero a su mismo nivel en cuanto a belleza, simbolismo y riqueza artística.

Información
Avenida Diagonal, 442

Metro: L3 (Verde) y L5 (Azul) - Diagonal
Autobús: 6,7, 22, 24, 33, 34, 39, H8, V15 y V17
FGC (Ferrocarriles): L6 y L7 - Provença

Solo puede admirarse exteriormente, el interior no es visitable.

Así es la Casa Comalat, una de las edificaciones modernista más desconocidas para el público barcelonés, ya que no es visitable en su interior. Su uso actual es el de oficinas. Esta joya aún por descubrir fue construida entre 1909 y 1911, situándose en un modernismo ya tardío, casi rozando el Novecentismo. Fruto de la época en la que se diseñó, y teniendo en cuenta la enorme influencia que Gaudí supuso para los arquitectos del momento, este inmueble cuenta con muchos elementos propios de la arquitectura gaudiniana, como si ella fuese un homenaje al genio de Reus a través de su doble fachada con la icónica forma curva que nos regala la contemplación de un edificio “diferente”.

Su arquitecto fue Salvador Valeri i Pupurull, que recibió el encargo del prestamista Joan Comalat Aleñà de construir un inmueble de cinco pisos más ático que sirviese como residencia para su familia, de ahí el nombre de la casa. El hecho más distintivo de la casa Comalat es la curva gaudiniana que se extiende por una doble fachada que da, por un lado, a la Diagonal, y por el otro, a la calle Córcega. La fachada principal es la que da a la Diagonal, y tiene una apariencia más formal y simétrica, casi sobria.

Esta fachada destaca por un coronamiento majestuoso de escamas de cerámica vidriada. Está trabajada en piedra y cuenta con una puerta de hierro forjado en la parte inferior y una tribuna central en forma de pináculo en la fachada que nos evoca irremediablemente a la Casa Batlló. Por su parte, la fachada posterior es mucho más innovadora. Es en ella donde se ve toda la influencia de Antoni Gaudí. Hablamos de una fachada colorista con una decoración de cerámica policromada que se extiende por toda la fachada, y que fue realizada por el ceramista Lluís Bru i Salelles. La fachada cuenta con galerías ondulantes con persianas enrollables, que son las mismas que utilizó Gaudí para su Pedrera.

Si ya es bella por fuera, el interior del inmueble podría llegar a competir perfectamente con la Casa Batlló o la Pedrera si se pudiese visitar. Y es que cuenta con una decoración casi onírica a través de motivos florales, vegetales, animales y orgánicos. Toda una alegoría del universo gaudiniano concentrado en este desconocido inmueble que no debe ser considerado como una imitación de Gaudí. Más bien al contrario. Salvador Valeri estuvo muy unido al genio de Reus, por lo que esta casa debe entenderse como lo que es, un auténtico homenaje a un arquitecto universal que sigue siendo referente en la actualidad.

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